viernes, 28 de septiembre de 2007
Peter Beard
Me enteré de la existencia de Peter Beard a principios de los 90, un día que hojeaba una revista de decoración en casa de mi hermana y encontré un artículo sobre la casa del fotógrafo en Kenya. El artículo también hablaba de los diarios de Beard e incluía fotos de algunas de sus páginas.
Este año, en ARCO, tuve ocasión de ver fotos de Beard fuera de libros, revistas, internet; verlas en persona, vaya, y son todavía más interesantes de lo que pensaba, llenas de detalles y añadidos, ya que muchas veces incluye páginas de sus cuadernos en ellas.
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lunes, 24 de septiembre de 2007
Lapiceras antiguas
Del excelente blog Viejos comercios porteños:
"Todos sabemos que el barrio de San Telmo se destaca por sus comercios de antigüedades. Sin embargo, escondido entre tanto recuerdo, encontramos una tienda con un particular encanto. Tiene el nombre de su dueño, impulsor y promotor, que desde los 17 años se ha insertado en el mundo de las lapiceras antiguas, y que durante todos estos años se ha dedicado a coleccionar tanto lapiceras como también objetos relacionados a la escritura. Adquiriendo así una colección de valiosísimo valor patrimonial, Ariel Kullock despliega la historia de la humanidad a través de su colección de lapiceras, y escribe la suya a través de sus creaciones personales."
Ver el resto del post...
sábado, 22 de septiembre de 2007
Juan Rayos
Antes se llamaba inspiración, ahora se llama plagio: la acción de acudir a la obra de otro en busca de ideas para la obra propia. Yo acudo a Juan Rayos en busca de inspiración con bastante frecuencia. No lo imito directamente porque eso no tiene sentido; lo que hago es tomar alguna pequeña idea de las cosas que él hace en sus cuadernos y desarrollarla en una página de los míos. Inspiración, plagio: también se le puede llamar admiración.
Un par de blogs dignos de seguir: Juan Rayos y Rayos y Centellas
Y las fotos de sus cuadernos se encuentran en Flickr.
viernes, 21 de septiembre de 2007
Líneas de fuga
Hace pocoo compré un libro que no tenía ningún interés para mí, excepto en el formato y en la calidad del papel. Lo estoy utilizando para experimentar con dibujos, con páginas recubiertas, ya sea de pintura o de otros papeles. Éste también es un cuaderno, aunque a primera vista no lo parezca. En el post de ayer hay otra vista del libro.
jueves, 20 de septiembre de 2007
Nuevo Proyecto
No recuerdo ya cuando empecé mi primer cuaderno, en el sentido de lugar donde llevar el diario de la vida diaria creativa. Sería a principios de los ochenta. Así que tendré unos 25 años de cuadernos, y se puede decir que soy un usuario con experiencia. (Iba a decir "usuario experto", pero no es verdad).
La cuestión es que los cuadernos comerciales que he ido comprando y utilizando a través de los años no me satisfacen, siempre les encuentro molestias en el diseño.
Cuando descubrí los Moleskine, en el 98, pensé que todo estaba solucionado; en realidad yo venía preparándome cuadernos con características similares (la goma que los cierra, el bolsillo interior) a partir de los Clairefonaine desde hacía varios años. Tengo una buena colección de Moleskines bien gastados, pero no me gusta el papel, y muchas veces, preferiría que no tuvieran las tapas duras, o el bolsillo interior, en el que se acumulan papelitos inútiles con demasiada facilidad. También me quejo a menudo del tamaño.
Con el tiempo he adquirido la costumbre de llevar un Moleskine y un Miquelrius de tapa blanda en la mochila o en los bolsillos. Pero en las últimas semanas decidí producir yo mismo el cuaderno que prefiero. Me llevará tiempo y bastante experimentación, a pesar de la "experiencia" de años.
Lo que estoy haciendo es moverme en dos direcciones, una es la del cuaderno que vengo comentando, otra es la de una especie de carpeta japonesa, en piel, cerrada con una goma y útil para llevar en la mano distintos materiales: un par de cuadernos, bolígrafos, el pasaporte y hasta los billetes de viaje.
Ya iré comentando cómo va la jugada y colgando fotos; por ahora, sólo estoy probando posibilidades.
(En la foto, de izquierda a derecha: un libro inútil que compré en los bookinistas del Parque Rivadavia, en él voy recubriendo las páginas con gesso o con témperas de colores y escribiendo o dibujando encima; una agenda moleskine del año pasado llena de notas, poemas, collages, mapas, ideas... la llevo por la mitad; un cuaderno de Miquelrius al que le puse una banda elástica para cerrarlo, éste es el que más uso y llevo en el bolsillo porque las cubiertas flexibles lo hacen casi indestructible.)
[Vía Paseante Extranjero]
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