De vez en cuando me da por preguntar a los demás sobre sus rituales creativos. En esta ocasión, me ha contestado por correo electrónico Miguel Ruibal, pintor y viajero:
Yo cambio permanentemente de superficie, de herramientas, de mano. Cada cosa que me de la impresión que es una cita de mi trabajo anterior la descarto. Pongo la radio (música o noticias). Caliento motores con apuntes, con líneas o manchas a las que les voy viendo cosas, y ahí comienza el día. Evito la concentración. Voy y vengo. Tengo varias cosas en proceso al mismo tiempo. Me viene bien ver con ojos ajenos (miro en un espejo lo que estoy haciendo). Me paso al ordenador. Escribo algo. Vuelvo. Y así unas diez o doce horas. El único dogma: evitar ser pretencioso.
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